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29 agosto 2005

Discriminación, marginación y pobreza

Los indígenas viven en desventaja frente al resto de la población nacional; son víctimas frecuentes de la discriminación y de la exclusión social, económica, política y cultural. Todavía hoy en pleno siglo XXI el 95.4% de las localidades donde viven los pueblos indígenas son consideradas de alta y muy alta marginación. En estas regiones, generalmente apartadas de los grandes centros económicos, se mantiene con frecuencia una agricultura de subsistencia. A pesar de que en su mayoría cuentan con recursos naturales, la falta de asesoría técnica y apoyos económicos no les permite aprovecharlos. Esta situación se remonta al inicio de los tiempos coloniales.[1] Los pueblos indígenas representan el sector social que registra los mayores índices de pobreza y marginación en nuestro país. Se calcula que el ingreso de la mayoría de ellos es de poco más de 3,000 pesos al año, lo cual significa 250 pesos al mes y 8.30 por día, con lo que deben satisfacer sus necesidades básicas de alimentación, salud, vivienda y vestido.[2] Las poblaciones indígenas que viven en mayor atraso se encuentran en Chiapas, Veracruz y Puebla, seguidas por las de Guerrero, Oaxaca, Estado de México, Hidalgo, Michoacán, San Luis Potosí y Guanajuato, entidades que concentran el 73% de la pobreza extrema en el campo mexicano. Se trata de la población indígena más grande de América y que habita, predominantemente, en 801 de los 2,433 municipios que existen en el país: “De esos 801 municipios indígenas, sólo tres son de muy baja marginación, 12 de baja marginación, 79 de media, 407 de alta y 300 de muy alta marginación”.[3] El Informe presentado en el 2003 por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo establece que la posición de México en el mundo en términos de desarrollo humano descendió del lugar número 51 en el 2001 al 54 en el 2002.[4] Sólo un pequeño número de países −de los 173 analizados− tienen menor índice de desarrollo humano que México.[5] Este descenso refleja, entre otras cosas, deterioro y regresión en el desarrollo humano de la población, mismo que afecta principalmente a los pueblos y comunidades indígenas aumentando su pobreza extrema y su marginación con secuelas de analfabetismo, insuficiencia alimentaria, desnutrición, bajos índices educativos y persistentes problemas de salud pública e infraestructura. Este sector de la población presenta los más bajos índices de desarrollo humano del país, a lo que debemos sumar los abusos de caciques locales y frecuentemente la manipulación político-electoral. Además, los pueblos indígenas sufren cotidianos embates contra su identidad cultural y unidad social como ha sido confirmado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) que reconoce que la realidad sanitaria de estos pueblos es muy compleja puesto que sus indicadores muestran que los profesionales de la salud en nuestro país no están preparados para entender y manejar la diversidad cultural que presentan, además de que los programas sanitarios en México sólo se promueven en 10 lenguas indígenas. De las 40 mil muertes de menores de 5 años, al menos 20% son resultado del llamado “rezago epidemiológico” −diarreas, desnutrición y otras− que afectan sobre todo a las entidades más pobres, entre ellas las indígenas.[6] Las principales actividades económicas de estos pueblos son la agricultura, la pesca, recolección y aprovechamiento del bosque. Los indígenas constituyen la principal fuente de mano de obra asalariada en el campo y en la ciudad. No obstante, es necesario aclarar que gran parte de los problemas de exclusión, pobreza y marginación no se limitan a la población indígena, sino que se extienden a otras capas sociales que no son étnica o culturalmente diferentes.



[1] Ferrer Muñoz, Manuel, La cuestión de la esclavitud en el México decimonónico: sus repercusiones en las etnias indígenas, Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 1998.
[2] “Con 8.30 pesos diarios, subsisten los indígenas en la pobreza”, El Financiero, martes 31 agosto de 2004, p. 33.
[3] Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, “Información recibida de los gobiernos. México”, Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas, Segundo Periodo de Sesiones, Nueva York, 12 a 23 de mayo de 2003. E/C.19/2003/10, p. 1.
[4] Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Informe sobre Desarrollo Humano. México 2002, PNUD, México, 2003, p. 22.
[5] Entre los 173 países examinados sólo aparecen con índices menores de desarrollo humano a los de México: Colombia (57.1%); Brasil (60.7%); Sudáfrica (59.3%); Honduras (59%); Nicaragua (60.3%); Namibia (70.7%); Botswana (63%); Suazilandia (60.9%); Lesotho (56%); Zambia (52.6%); República Centroafricana (61.3); Etiopía (57.2%); y Sierra Leona (62.9%): Cfr. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Informe sobre Desarrollo Humano. México 2002, op.cit., p. 22.
[6] Informe “Salud México”, 2003.