LA CIUDAD ES LA GENTE
La creación de la Agencia de Gestión Urbana de la Ciudad de México es un ejercicio inédito de acercamiento a los ciudadanos, que proyecta una concepción de la democracia, según la cual, “la ciudad es la gente”.
Esta nueva entidad de la administración pública del Distrito Federaltiene la misión de establecer un vínculo entre urbanismo y ciudadanía, facilitando el nexo entrehabitantes y gobierno, haciendo concreta una aspiración de la izquierda moderna, referida a la posibilidad real de construir una mejor forma de organización y convivencia social. Establecer un administrador urbano o “City Manager”, implica el proyecto de construir una mejor ciudad, para un mayor número de personas, ofreciendo a todos sus habitantes, independientemente de sus filiaciones políticas, los mejores servicios urbanos, y contemporáneamente, que estén garantizados a través de criterios de eficacia y eficiencia, y no de clientelismo político. Con esta innovación administrativa se ha producido, para los habitantes de la Ciudad de México, unaimportante socialización del espacio urbano lo cual es una condición necesaria para el ejerciciopleno de la ciudadanía.
Servirá para que la gente tenga una “ventanilla única de atención” que permita responder con prontitud a sus demandas, respecto a los servicios urbanos que requiere la metrópoli en su funcionamiento cotidiano. Socializar la condición de ciudadanía no quiere decir, simplemente, garantizar los servicios públicos desde un punto de vista material, dotarlos de mayor infraestructura y de las condiciones necesarias para su funcionamiento, sino que significa, sobre todo, crear las condiciones culturales para que el sector de la población socialmente menos integrada a la vida colectiva viva en primera persona la condición de ciudadanía, es decir, pueda formular sus propias demandas y exigencias, y al mismo tiempo,haga real el uso de la ciudad y de sus bienes colectivos.
Aparece la distinción entre la función política y la función técnica. La primera busca la representación de los ciudadanos para constituir gobierno, la segunda, como su brazo ejecutor,responde a las demandas ciudadanas, garantizando las condiciones que hagan efectiva una mejor movilidad pública en la ciudad. El administrador urbano dotará de coherencia funcional al trabajo de operación que exige la compleja tarea de garantizar los servicios urbanos para loscerca de nueve millones de habitantes que compartimos este espacio público. La complejidad de la vida cotidiana de la metrópoli exige la prestación de una amplia gama de servicios que permitan la funcionalidad urbana. Armonizar la programación de las obras para evitar duplicidades, dispersión, o desfase en su ejecución y el diagnóstico sobre los programas de planificación urbana que inciden en la movilidad de la población serán, también, funciones del administrador de la ciudad. La gama de acciones posibles es muy amplia, comprende desde losbaches y la poda de camellones, hasta vialidades y tiraderos clandestinos de basura. Para los habitantes de la ciudad, todos estos problemas no son, ni de derecha ni de izquierda, sino que son problemas a secas, y que además, para su solución pagamos con nuestros impuestos. Hasta hoy, estas funciones se encuentran dispersas entre una variedad de instancias burocráticas, dependencias y entidades que conforman la administración pública del Distrito Federal. Uno de los retos más importantes del City Manager será garantizar la coordinación eficiente entre las dependencias del gobierno de la ciudad y las delegaciones políticas para ejecutar acciones en materia de servicios urbanos. Esta reorganización de la administración pública local debepermitir una mejor funcionalidad de la vida urbana, para hacer viables las nuevas formas deejercer nuestra ciudadanía al interior de la vida metropolitana.
Todos los habitantes deben tener igual derecho a la ciudad. Los criterios básicos para poder definir como progresista a una política pública consisten en evaluar la capacidad para informarde sus derechos a quienes no son ciudadanos porque se encuentran marginados, para organizar a quienes se encuentran desorganizados, para dar identidad colectiva a los anónimos, para hacer protagonistas a quienes no tienen voz. El principal objetivo de la gestión urbana deberá serescuchar a la ciudadanía a través del mayor número posible de medios de comunicación, incluidas las redes sociales, para alcanzar una mayor eficacia en la respuesta y en los tiempos de atención a las peticiones ciudadanas. La Ciudad de México debe convertirse en un “espacio disponible” para la circulación universal de personas, cosas e ideas. Una ciudad inmóvil es una ciudad muerta, autoritaria, imposible. El movimiento progresista que gobierna la ciudad tiende, desde su origen, a satisfacer tales demandas, o dicho de otra forma, es parte integrante de la cultura que expresa tal exigencia. Por lo tanto, liberar a la ciudad de todo aquello que contradice este espíritu es una urgente necesidad. Esta es también la utopía de toda la urbanística de vanguardia: entregar la ciudad a la gente. Finalmente, los habitantes de la capital del país podremos ejercer nuestro Derecho a la Ciudad.
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