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18 febrero 2013

NORBERTO BOBBIO: MILITANTE DE LA RAZÓN
























Se cumplieron nueve años de la desaparición del último de los clásicos del pensamiento político. El 9 de enero de 2004, Norberto Bobbio, a la edad de 94 años falleció dejando un rico legado intelectual y político. Una vida entera dedicada lucidamente a los estudios. Autor de cerca de dos mil escritos entre libros, ensayos, prefacios, reseñas, entrevistas y artículos varios, los intereses académicos del profesor de la Universidad de Turín, abarcaron distintos campos del saber: desde la filosofía del derecho a la filosofía política, desde los estudios culturales a la teoría de los derechos humanos, desde las investigaciones sobre la paz y la guerra hasta sus propuestas sobre el socialismo liberal, desde la sociología a la ciencia política. Maestro severo, implacable y riguroso, pero al mismo tiempo, afable y paciente, siempre mostró una gran pasión por la docencia y la investigación. En 1979 fue designado profesor emérito de la Universidad, en 1984 el Presidente de la República lo nombró uno de los cinco senadores vitalicios que prevé la Constitución Italiana por haber “enaltecido a la Patria por sus altísimos méritos en el campo social, científico, artístico y literario”. En 1994 su libro Derecha e izquierda. Razones y significados de una distinción política, cuyos contenidos son de gran actualidad, generó un importante debate alrededor del mundo, lo que provocó que en pocos meses se editaran cerca de quinientas mil copias. Esta obra ha sido traducida a veinte idiomas. Además, distintas universidades le otorgaron doctorados honoris causa, entre las que destacan la de Nanterre en París, la Complutense de Madrid, la Universidad de Bolonia y la de Buenos Aires. En 1994 recibió el Premio Balzan en la categoría “Derecho y Ciencia de la Política” por sus escritos sobre el gobierno de los sistemas democráticos.






Existe un “modelo bobbiano de la política” que se caracteriza por una serie de temáticas que son constantes en la historia de las instituciones y de las doctrinas políticas. Esta perspectiva aborda los problemas, contradicciones y tensiones que afectan a la democracia desde sus orígenes más remotos. Las reflexiones del politólogo turinés, representan un punto de referencia obligado para entender la naturaleza de la democracia, en cuanto forma de gobierno y en cuanto sistema de valores. A través del ejercicio de la razón crítica identifica el impulso que los valores políticos dan a la democracia en su función de sistema institucional que produce decisiones vinculantes para el conjunto de la sociedad. En este sentido, los valores son considerados como un complemento imprescindible de las reglas del juego que identifican a la democracia. Otras problemáticas que plantea el análisis politológico de Bobbio parten de la desconfianza hacia cualquier ideología que divida al universo político en partes que se excluyen mutuamente, refrendando una defensa del gobierno de las leyes sobre el gobierno de los individuos, un elogio de la educación civil y de la moderación, y finalmente, una exaltación de una cultura política laica contra los dogmatismos de todo tipo. Para Norberto Bobbio la democracia representa un sistema ético y político. Es decir, un sistema que encarna un conjunto de valores, principios y normas de convivencia social sin los cuales la confrontación política de carácter pacífico sería imposible. Estos ideales democráticos se refieren a la no-violencia, el libre debate de posiciones contrastantes, la justicia y la igualdad política, la transparencia y, desde luego, el principio de la tolerancia.


Otro elemento importante del análisis que Norberto Bobbio realiza sobre la acción política, es la función que desempeña el “mediador” y el “crítico del poder” quien establece una relación de autonomía frente a cualquier tipo de poder, ya sea económico, político, ideológico o social. En este sentido, el vínculo con el poder debe ser asumido con absoluta independencia, que no indiferencia, por parte de cada persona. Por independencia, Bobbio no entiende el escepticismo puro, sino más bien, “la adhesión intima a un sistema de principios y valores que son aceptados a través de la persuasión y no por la imposición externa”. El criterio de independencia debe ser entendido no como una prohibición al ciudadano para adherir a alguna ideología política, sino como el deber de expresar en cada adhesión, no razones de comodidad, sino más bien, convicciones fundadas en un marcado compromiso civil. El filósofo italiano tiene razón cuando evidencia las enormes dificultades que la democracia enfrenta para encontrar una solución satisfactoria, a la tensión que existe entre la vocación de los individuos por la libertad y la absoluta necesidad que tienen de instaurar una sociedad con un poder eficaz y eficiente, y por lo mismo, legítimo. Norberto Bobbio fue un promotor incansable de la duda sistemática y del pensamiento crítico. Quienes tuvimos el privilegio de conocerlo siempre lo recordaremos por su grandeza intelectual, por su sencillez y modestia, por su magisterio moral, así como por su disposición permanente al diálogo.