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15 marzo 2013

GÜNTER GRASS: LA OSADÍA DE DECIR

Por publicar su poema “Lo que hay que decir” el escritor alemán y Premio Nobel de Literatura 1999, Günter Grass, ha sido declarado por el gobierno de Israel “persona non grata”.


Autor de obras maestras de la literatura universal como “El tambor de hojalata” o “Años de perro”, la producción intelectual de Günter Grass es muy amplia e incluye novelas, teatro, poesía, ensayos, escritos autobiográficos, e incluso dibujos y esculturas. Lo que le ha valido otros importantes reconocimientos como el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Además de sus compromisos en el campo del arte y la cultura, también destaca en el de la política democrática y la defensa de los derechos humanos. Declarar “persona non grata” a Günter Grass ha sido la dura respuesta de Eli Yishai Ministro del Interior del Estado hebreo, perteneciente a la ultraderecha religiosa de su país. A las acusaciones contra Günter Grass, intelectual y símbolo de la vida literaria y civil de Europa, pero también del mundo, se han sumado el Primer Ministro Benjamín Netanyahu y el Ministro de Relaciones Exteriores Avigdor Lieberman quienes lo señalan como un ejemplo “del egoísmo de los pseudo-intelectuales occidentales dispuestos a sacrificar por segunda vez al pueblo judío en el altar del antisemitismo solo para vender algunos libros más”. La institución de la “declaración de persona non grata” forma parte del derecho diplomático positivo y se aplica a personas cuya presencia en el país no es aceptable por lo que se les impide el ingreso o se les expulsa.





 



 








La decisión de declarar “persona non grata” a pensadores críticos no es nueva, resulta una constante que otros intelectuales han padecido, como José Saramago, también Premio Nobel de Literatura 1988 quien afirmó que “Palestina es como Auschwitz” al criticar la hipocresía de Occidente sobre los excesos perpetrados por Israel en contra del pueblo palestino. También fue el caso de algunos intelectuales norteamericanos de origen hebreo como el lingüista, filósofo y profesor del Instituto Tecnológico de Massachusetts, Noam Chomsky, o el politólogo experto en asuntos sobre judaísmo, Norman Finkelstein egresado de la Universidad de Princeton, quienes han sido objeto de dicha sanción en el pasado por sus opiniones y escritos polémicos en torno al país hebreo. Al poeta Günter Grass se le acusa de atentar contra el Estado de Israel por la publicación de su poema en diarios de diferentes países criticando a Alemania por vender armas y submarinos atómicos al gobierno judío y por considerar la política bélica de ocupación como un peligro para la paz mundial. En el mismo poema se declara amigo del pueblo y del Estado judío. Lo sorprendente de la reacción de los gobernantes de Israel es que nunca antes se había observado una condena tan dura en contra de un intelectual acusándolo de nazista por el hecho de haber sido obligado a formar parte a los 17 años, como otros millones de jóvenes, del ejército nazi en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial. Günter Grass ha respondido que su deseo era censurar a través de la poesía la política del actual gobierno hebreo y de ninguna manera al pueblo de Israel. Incluso el escritor israelita Abraham Yehoshua, crítico en relación con Grass, excluye que las opiniones del escritor alemán puedan ser calificadas de antisemitas.




 






 





Aunque el Premio Nobel de Literatura no necesita defensa, muchos intelectuales han manifestado su apoyo, algunos de ellos perseguidos por fundamentalismos de otro tipo como Salman Rushdie prófugo de una condena a muerte por su obra “Los Versos Satánicos”, otros de la talla de Mario Vargas Llosa también han expresado su defensa del escritor y con ello de la libertad de expresión.


No se puede olvidar y ni siquiera perdonar el genocidio cometido contra los seis millones de hebreos asesinados en los campos de exterminio nazi.

La Sho'ah representa la imagen de una civilización que "traicionó a sus dioses y erigió campos de exterminio como si fueran templos". La Sho'ah o el Yom Hashoá se conmemora el próximo 19 de abril, aniversario del Levantamiento del Ghetto de Varsovia en 1943. Esta sería una magnífica oportunidad para que la comunidad judía reconsidere, junto con sus dirigentes, las acciones que se aplican contra la cultura y la libertad de pensamiento. Muchos entre ellos consideran que por la gravedad de los crímenes cometidos contra los judíos no es admisible crítica alguna en contra de Israel.

Pero esta es la mejor forma de aislar al pueblo hebreo.

















La judeofobia y el neonazismo se combaten con apertura y diálogo democrático, y con una incesante búsqueda de la paz. Todos nos encontramos en deuda con el enorme legado de la cultura hebrea. Defenderla es preservar la tolerancia, la libertad de crítica y de opinión.



Por ello, afirmo: Günter Grass, por romper los tabúes y decir lo que es necesario decir, te consideramos persona muy grata.