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28 mayo 2014

SE ESCRIBE HOMOFOBIA; PERO SE LEE PREJUICIO









La homofobia es un término que describe el rechazo, miedo, repudio, discriminación o estigmas hacia mujeres u hombres que se reconocen a sí mismos como homosexuales. También incluye a los demás individuos que integran la diversidad sexual, como las personas bisexuales o transexuales, y a quienes mantienen actitudes o hábitos comúnmente asociados al otro sexo. La palabra homofobia (fobia, del griego “pánico”) proyecta un obsesivo sentimiento de repugnancia contra la homosexualidad.




Hace apenas 24 años la Organización Mundial de la Salud consideraba a la homosexualidad como una enfermedad mental. Fue el 17 de mayo de 1990 cuando su Asamblea General decidió retirarla de la lista de trastornos psicológicos. Aunque todavía hoy, muchos manuales de psiquiatría la consideran una “patología de la identidad sexual”. La homofobia es una exclusión basada en la orientación sexual y la identidad de género.





La homofobia forma parte de la intolerancia. Los crímenes por homofobia son muy comunes en las sociedades de nuestro tiempo. Actualmente, alrededor de 70 países criminalizan a la homosexualidad con duras penas de prisión como Rusia, Nigeria y Uganda o con cadena perpetua como Pakistán. Otros como Afganistán, Mauritania, Arabia Saudí, Emiratos Árabes y Yemen, mantienen la pena de muerte.






“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”, recita la Declaración Universal de los Derechos Humanos adoptada hace 65 años por la ONU. Sin embargo, la discriminación por homofobia aún persiste incluso en los sistemas democráticos. El declive de las sociedades homogéneas ha permitido la aparición de nuevos grupos y movimientos con su propia identidad. Para hacer realidad los derechos humanos se precisan cambios a las leyes, aplicando nuevas políticas y adaptando las prácticas institucionales.




Es urgente que la acción de los gobiernos busque la ampliación de los derechos y garantías de protección para todas las personas, estableciendo mecanismos de justiciabilidad que aseguren su realización efectiva, así como mayores condiciones de equidad y desarrollo humano. La vocación democrática se expresa en la capacidad para tomar decisiones en campos donde la ley no existe, es insuficiente o se carece de instancias jurisdiccionales para salvaguardar los derechos fundamentales.




Los derechos ciudadanos adquieren sentido, cuando la democracia atiende las reivindicaciones de los grupos étnicos, migratorios, sexuales, de género y de identidad religiosa o cultural, y amplía el andamiaje institucional de protección para todas las personas.





Para consolidar en nuestro país un auténtico Estado democrático de derecho, debemos erradicar la homofobia en los espacios de convivencia humana construyendo esquemas de inclusión. Los desafíos de una nueva ciudadanía se relacionan con la progresividad de los derechos humanos, con la institucionalización de políticas públicas bajo los principios de equidad de género, no discriminación, igualdad de oportunidades, transparencia, acceso a la información y rendición de cuentas, y con un profundo proceso de reconocimiento de las diferencias.





En México, por Decreto Presidencial, se celebrará por primera vez el Día Nacional de la Lucha contra la Homofobia este sábado 17 de mayo. Nuestra democracia avanza propiciando procesos de apertura institucional y de reconocimiento de nuevos derechos civiles.