TECNOPOLÍTICA
La tecnopolítica representa el uso táctico y estratégico de los instrumentos electrónicos para la comunicación y la acción colectiva. Es la capacidad de apropiación de las herramientas digitales para el libre acceso a la información. La tecnopolítica es resultado de la presencia avasalladora de la tecnología en las sociedades modernas, lo que impacta el funcionamiento tradicional de los procesos políticos. Representa transformaciones en la esfera del poder y en las relaciones entre Estado y sociedad. La tecnopolítica es parte de la denominada “revolución tecnológica”, que se caracteriza por el creciente número de decisiones técnicas concernientes a cuestiones políticas que modifican los contenidos del proceso gubernamental y legislativo, por el desarrollo de los aparatos administrativos públicos y privados a través de técnicas dirigidas a maximizar la eficiencia, y por la conformación de nuevos grupos sociales formados por técnicos, managers y expertos en informática, quienes a pesar de su distinción y fragmentación objetiva, tienden a asociarse con el poder. El encuentro entre tecnología y política es resultado tanto del patrón civilizatorio que caracteriza a la modernidad, como de los procesos de racionalización de las diversas esferas de la vida social. El internet ya no es, solamente, el sujeto central de la revolución tecnológica, sino que se ha convertido en una herramienta de transformación del marco cultural, simbólico e identitario de nuestras sociedades. Las nuevas tecnologías permiten la reconstrucción de la acción colectiva y del espacio político, al mismo tiempo, hacen posible la socialización en gran escala de la información. La tecnopolítica expresa la capacidad de las multitudes conectadas, de los cerebros y cuerpos en red, para crear acción colectiva.
Las formas de organización nacidas en internet se multiplican por doquier y se extienden en el tejido social. La tecnopolítica fortalece a la democracia, como evidencian los distintos movimientos sociales contemporáneos que han hecho uso de ella, desde la oleada democratizadora de la primavera árabe, hasta las distintas versiones de protesta social tipo Occupy Wall Street alrededor del mundo. Presenciamos nuevas formas de acción política que se desarrollan en red. La tecnopolítica ha jugado un papel importante en la caída de distintos regímenes autoritarios, y continuará haciéndolo, en otros donde las redes sociales impiden el silencio informativo sobre las atroces violaciones a los derechos humanos. Representa la apropiación masiva de las redes sociales y la aparición de “nuevas herramientas de libertad” con objetivos de organización y comunicación política. Expresa el poder de la cooperación en red y la apertura hacia nuevos horizontes de acción colectiva. En suma, la tecnopolítica constituye un desafío a los tradicionales sistemas de representación política y apunta hacia un posible desarrollo de los regímenes democráticos.
Peligrosos enemigos de las sociedades de nuestro tiempo, son la censura y el espionaje al que son sistemáticamente sometidas las redes sociales, tanto por gobiernos como por entidades privadas. El debate global sobre la regulación en internet busca limitar los derechos democráticos. Los cada vez más frecuentes intentos de censura, incluyen procedimientos implementados con la finalidad de controlar o suprimir determinados contenidos en la red. La cuestión que debemos plantearnos es si los gobiernos deben restringir el libre acceso a la información. El escándalo sobre la dimensión, extensión y sistematicidad de las redes de espionaje que la inteligencia militar estadounidense y británica han llevado a cabo, y que fueron denunciados por el ex empleado de la CIA Edward Snowden, plantean nuevamente este dilema. El espionaje viola las legislaciones que en muchos países prohíben la intromisión gubernamental en la privacidad de los ciudadanos. Se trata de un espionaje cibernético a escala planetaria.
El internet como espacio de libertad e interacción social permite una nueva distribución de la actividad política, del debate y de la toma de decisiones. Es un instrumento alternativo frente a la hegemonía centralizada en pequeños grupos de poder. La red se configura como un espacio cohabitado y compartido que por su carácter abierto permite la comunicación entre singularidades, hasta ahora, aisladas y atomizadas. La política virtual permite la agregación social sin necesidad de intermediarios partidistas y plantea el tema de los “derechos digitales”. Existe, incluso, una Declaración de Independencia del Ciberespacio, presentada en 1996 en el Foro Económico Mundial de Davos, que rechaza las indebidas interferencias de los poderes políticos que afectan internet. Con el desarrollo de la tecnopolítica, la tesis de los “pesos y contrapesos” se desplaza desde la distinción clásica de la doctrina jurídico-política entre los tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial, a una nueva distinción entre administradores-administrados, elegidos-electores o gobernantes-gobernados. En la medida en que se generaliza el uso y acceso a internet, se produce también una reapropiación de la política y una mayor conectividad entre los ciudadanos, por lo que debemos defender este espacio de libertad paradigmático. La intromisión del Estado a través del espionaje es un ataque a este universo de construcción colaborativa del que disfrutamos y somos partícipes.
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